En todos los programas que has podido seguir hasta ahora, las meditaciones son guiadas. Estas guías son importantes para aprender las prácticas. Proporcionan apoyo a lo largo de la meditación.
Con un poco de experiencia, a veces puede ser útil meditar sin guía, sin que haya forma de marcar el ritmo.
Así que, en este programa, te sugiero que experimentes con momentos de práctica sin ninguna guía verbal, sólo silencio puntuado por el tintineo de un gong para empezar y otro gong para terminar la meditación.
Hay varias duraciones para elegir: cinco minutos, diez minutos, quince, veinte, treinta y cuarenta y cinco minutos. Puedes practicarlas gradualmente, alternándolas, por supuesto, con meditaciones guiadas. Para cada una de estas meditaciones silenciosas, dispones de unos veinte segundos antes de que suene el gong para colocarte en la postura que más te convenga durante la práctica.
Observa las tres C, mencionadas en otros programas y que te recordaré aquí. La primera C significa “cerebro”, la sede de nuestros pensamientos; la segunda C, “corazón”, la sede simbólica de nuestras emociones; y la tercera C, “cuerpo”, nuestras sensaciones corporales.
Las tres C están permanentemente vinculadas, y prestarles atención nos ayuda a no dejarnos invadir por un pensamiento desagradable, una emoción abrumadora o una tensión dolorosa. Rearmonizar las tres C también favorece nuestro equilibrio fisiológico interior, lo que se conoce como “homeostasis”. Y, por supuesto, ten en cuenta que puedes conectar con tu respiración en cualquier momento para estabilizarte en el momento presente y volver a un espacio vital más amplio y sereno.
Al final de cada meditación silenciosa, tómate un momento para observar tu estado y cómo te sientes. Te deseo una práctica maravillosa.