Estamos a punto de descubrir un programa muy importante para mejorar su concentración. En las últimas décadas, los estudios han demostrado que el tiempo medio que pasamos concentrados se ha deteriorado considerablemente. Esto se debe a una serie de factores.
En primer lugar, el estrés, que está relacionado con todas las nuevas exigencias que han aparecido en nuestro entorno vital. Y, por supuesto, la contaminación acústica, la contaminación lumínica, el hecho de que llevemos el móvil encima todo el tiempo: llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos, notificaciones de redes sociales y otras cosas, claro.
Nuestro cerebro ya no está acostumbrado a tomárselo con calma, y sin embargo lo necesita. De media, se perturba cada ocho segundos. Y quizá sepa que nueve segundos es la capacidad máxima de atención de un pez dorado. Así que la buena noticia es que podemos entrenar nuestra atención para mejorar nuestro curso de meditación sobre la concentración, entrenándola como un músculo.
La concentración es, por supuesto, la atención sostenida y la intención de poner esa atención en acción. Puede parecer complicado, pero en realidad es muy sencillo: o permanecemos en modo automático y nos dejamos llevar, arrastrados sin actuar; o decidimos volvernos activos. Y al entrenar nuestra atención, volvemos a ser el piloto. Para comprender estos mecanismos, debemos preguntarnos: ¿qué es lo que nos distrae? Sencillamente, cualquier cosa que se mueva.
Nuestra atención se dirige a todo lo que se mueve en todos los sentidos percibidos por todos nuestros sentidos. Hay muchos distractores de nuestra atención. A veces internos, como los pensamientos que nos perturban, las ganas de comer, beber o movernos; y distractores externos, como el ruido, nuestro teléfono, las cosas que hay que hacer, y muchos otros ejemplos que se te podrían ocurrir a ti mismo. Intentemos identificar lo que nos es propio, lo que nos perturba sistemáticamente cuando queremos realizar una tarea de cualquier tipo.
Darnos cuenta de ello nos ayudará a reducir la duración y la frecuencia de esta distracción. Existen dos tipos principales de atención: la atención focalizada, en la que decidimos concentrarnos en algo permaneciendo centrados y concentrados; y la atención abierta, también conocida como atención no focalizada, que nos invita a abarcar todo lo que nos rodea. Durante este programa, experimentaremos con meditaciones que nos permitirán descubrir y experimentar por nosotros mismos estos mecanismos esenciales. Con estas sesiones de meditación de atención plena, poco a poco mejorarán tus capacidades atencionales, lo que te ayudará a concentrarte con mayor eficacia.