Bienvenido a este nuevo programa de ejercicios fáciles y accesibles para activar todos los beneficios de la respiración, un complemento inteligente de la meditación. Nos centraremos en lo que se conoce como “coherencia cardiaca”.
Esta práctica, originaria de Estados Unidos, fue ampliamente introducida en Francia hace más de quince años por el Dr. David Servan-Schreiber, conocido por sus investigaciones sobre el estrés y el bienestar general.
Hoy, David O’Hare es uno de sus principales pilares. Numerosos estudios han validado los beneficios de estos ejercicios tan sencillos en muchos ámbitos. Entonces, ¿de qué se trata? De hecho, la coherencia cardiaca nos invita a sincronizar nuestra respiración con ritmos y duraciones definidos.
Cuando respiramos, unas seis veces por minuto, activamos alternativamente el sistema simpático, que nos despierta, y el parasimpático, que nos relaja. Estos dos modos de respiración pertenecen al sistema nervioso autónomo, que se activa de forma natural y no está dirigido por el sistema nervioso central. Están directamente relacionados con nuestra respiración y nuestro ritmo cardíaco, que se activa continuamente sin que lo decidamos conscientemente.
La coherencia cardiaca se basa en esta función fisiológica y ayuda a reducir la producción de cortisol, la hormona del estrés, o, según la frecuencia respiratoria, a activarla para que nos aporte más energía. Con sus pautas predefinidas, puedes concentrarte en tu ritmo respiratorio durante tres, cinco o siete minutos. Puedes probar el ejercicio en silencio, acompañado únicamente por el tintineo de una campana al principio y al final, o con el apoyo de imágenes y los sonidos naturales de la naturaleza.
En este programa de coherencia cardiaca equilibrada, el ritmo respiratorio es de cinco segundos para la inspiración y cinco segundos para la espiración, con una breve pausa intermedia. Basta con mirar la burbuja en la pantalla y sincronizar la respiración con sus variaciones. Inspira cuando se infle y espira cuando se desinfle. Se recomienda hacer este ejercicio tres veces al día, de forma espaciada y, si es posible, todos los días.
La sensación de estrés se reduce muy rápidamente con estos ejercicios y perdura a medida que sigues practicando. Podrás observar el tono diferente de tu día. Con este programa, puedes pasar al programa relajante o tonificante, según tus necesidades. Espero que disfrutes practicando.